¿Qué dicen las
Escrituras?
“Y constituyeron
ancianos en cada iglesia…” (Hch.14:23)
“Enviando, pues,
desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia…Les dijo…Mirad
por vosotros, y por todo el rebaño en el que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos, para apacentar (pastorear) la iglesia del Señor” (Hch. 20:17-28)
“Pablo y Timoteo… a
todos los santos en Cristo que están en Filipos, con los obispos y diáconos”
(Fil.1:1)
“Por esta causa te
dejè en Creta, para que…establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo
mandé” (Tit. 1:5)
“¿Está alguno enfermo
entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia” (Stg. 5:14)
“Ruego a los ancianos
que está entre vosotros… Apacentad (pastoread) la grey de Dios que està entre
vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente.” (1 Ped.5:1-2)
“Y él mismo
constituyó a unos, apóstoles: a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros.” (Ef. 4:11)
“Cuando os reunís,
cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene
revelación, tiene interpretación.” (1 Cor.14:26)
¿Dónde se encuentra
en la Escritura el mandato de que un hombre sea líder espiritual y la autoridad
de la iglesia local? Un examen cuidadoso de las Escritura citadas lleva a las
siguientes conclusiones:
1. El patrón del
Nuevo Testamento es para que la iglesia sea guiada, no por un “pastor”
solitario, sino por un grupo de hombres, designados en la Escritura como
“ancianos” o “sobreveedores”. Está claro que estos dos términos se refieren al
mismo oficio, (“anciano” aparece para referirse al oficio mismo,
“sobreveedor”-obispo- a la función del oficio).
2. No hay ninguna
alusión a un oficio de “pastor” en la iglesia local separadamente o superior al
de anciano. Estas Escrituras muestran con sencillez que los ancianos o
sobreveedores, se les ha dado el papel primario de pastorear el rebaño.
Generalmente hablando, “pastor” es el nombre que describe al que tiene el don
espiritual, y enfatiza su trabajo de pastorear. El término “anciano” describe
el carácter del hombre que ocupa ese oficio. Son términos intercambiables
(aunque puede haber otros aparte de los ancianos que ejerzan un dos pastoral:
Maestros de la Biblia, por ejemplo). Si, Dios ha dado “algunos como pastores”,
pero en ningún lugar en las Escrituras se refiere a nadie como el pastor de una congregación. A
menos que alguien piense que estamos especulando sobre palabras, déjeme que
recalque que la terminología no es la clave del asunto aquí. El punto que debe
tenerse en mente con claridad es que, en el Nuevo Testamento, las iglesias
nunca fueron pastoreadas por uh hombre, cualesquiera que fuera su título o
designación, sino siempre por un grupo de hombres. No leemos nada de ningún
“pastor mayor” (ni “misionero mayor”) que tenga más grado, debido a su tiempo
en el ministerio, ni tampoco hay nada acerca de un anciano presidente, ni
“obrero” que figure como anciano en varias congregaciones de una zona (que
sería como los obispos católico-romanos). De hecho, tales títulos se hallan
cerca de la blasfemia, ya que Cristo es “el Príncipe de los pastores” (1 Ped.
5:4).
3. La implicación
clara es que los ancianos normalmente son establecidos por el Espíritu Santo de
dentro del cuerpo local, no llamado o importado de fuera, y ciertamente no de
los rangos de un “clero” profesional. No puedo evitar el creer que el proceso
de “búsqueda pastoral” moderno de hoy en día es una penosa ofensa al Espíritu
de Dios: los “candidatos” con sus resúmenes, las negociaciones de salario, los
sermones de prueba, todo lo demás que va con el proceso no bíblico de “llamar”
a un pastor u obrero a tiempo completo (lo mismo da llamarle de una manera que
de otra). De nuevo, nuestra pregunta debe ser: ¿Dónde se halla todo esto en la
Escritura?
4. El ministerio
público de la Palabra no es para ser confiado a un hombre en una iglesia local,
ni aun a los ancianos como grupo. Este ministerio está abierto para cualquier
hermano que ha sido divinamente dotado para esto, y no depende de haber sido
“ordenando” por autoridad humana. Pablo no estaba escribiendo a un círculo de
clérigos “ordenados” cuando dijo: “Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina…” etc. (énfasis
añadido). Aparte de la cuestión de si todos los dones mencionados por Pablo en
este versículo siguen operando en la iglesia, ¿tiene esta breve vista de la
iglesia del Nuevo Testamento el más mínimo parecido al ministerio singular de
hoy?
Consecuencias tristes
La mayoría de las
iglesias de hoy en día confían el liderazgo del rebaño y casi todo el
ministerio público a un pastor solitario, quien ha sido elegido de entre el
“clero” profesional, importado de fuera de la iglesia, contratado para recibir
un salario convenido (en oposición al soporte voluntario por sus servicios.
¿Puede el lector, con su Nuevo Testamento abierto ante él, negar que éste es un
desvío drástico del patrón escritural? Sin duda lo es, y ha tenido severas
consecuencias en la vida espiritual de
nuestras iglesias.
¡seguirá…!